miércoles, 20 de diciembre de 2006

Cómo elegir un hámster


Cómo elegir un hámster

El hámster es una mascota silenciosa, que no ocupa mucho espacio y que no requiere unas atenciones excesivas. Por ello, resulta ser uno de los animales de compañía que más se adquieren en las tiendas especializadas. Además, es un buen compañero de juegos para los niños porque carece de agresividad. Lo difícil será elegir el ratón ideal de entre todas las razas que se venden en las tiendas de animales.
El más común es el dorado o sirio, del que suele derivar el resto. También existen hámsters marrones, moteados o color crema. Entre los más apreciados se encuentran el ratón albino y el negro, éste último bastante difícil de encontrar. El hámster sirio es el más sencillo de cuidar, por lo que es el más recomendable para primerizos o para niños.
Cuando vayas a comprarlo
Una vez en la tienda, habrá que poner atención al aspecto del ratón, que será indicio de su estado de salud. Un hámster sano ha de moverse con agilidad y algo de nervio, siempre atento al entorno. Su pelaje ha de ser esponjoso y uniforme, mientras que sus ojos deben ser oscuros y brillantes.
Hay que rechazar a un hámster que reaccione de forma débil y se muestre letárgico. Igualmente, desconfía de los ejemplares delgados, con pelo enganchado al orificio anal o hecho bolas en el lomo. Descarta aquellos que presenten cola húmeda, hinchazón o impurezas en boca, patas, orejas o nariz y hocico excesivamente seco o húmedo.
Es normal que algunos presenten ciertos bultos en las caderas o determinadas zonas pigmentadas. No obstante, puede tratarse de un tumor en el caso de que los bultos sean asimétricos o muy grandes.
Solo o en compañía:
Los hámsters, aunque viven más felices en compañía de otros seres de su especie, se adaptan fácilmente a la soledad. Aún así, es recomendable introducir juguetes en la jaula, como, por ejemplo, una rueda, para que el roedor se entretenga. Si finalmente se decide tener un único ejemplar, lo ideal es comprar un macho, puesto que son de mejor carácter que las hembras.
Si se opta por una pareja, hay que ser consciente de los inconvenientes: los roedores se reproducen con mucha facilidad y, además, en muy poco tiempo. Por otra parte, durante la época de apareamiento el macho corre peligro, por lo que será necesario mantenerlo alejado de la hembra en una jaula aparte.

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